El triunfo, un tesoro

Esta noche en el Madrigal se enfrentan dos equipos ansiosos por llevarse los 3 puntos, cada uno por sus circunstancias.

Por un lado un equipo cuya linterna se ha ido apagando a la par que lo hacía la clase de su jugador franquicia, capaz de llevar a un equipo de nivel medio a unas semifinales europeas, pero también de echar por tierra toda la planificación que ese equipo había llevado a cabo.

Por el otro, un Madrid que se ha acostumbrado a no hablar del rival durante toda la semana y a sacar resultados positivos gracias a destellos individuales que, además, aparecen con cuentagotas.

Empecemos por los amarillos. El Villarreal afronta el encuentro en la undécima posición, un puesto a todas luces injusto con lo que debería ser en rendimiento de su plantilla. Pero al Villarreal le han crecido los enanos a la vez, hasta formar un gigante de 7 pies. Por un lado las lesiones pretemporada, las que más afectan. Gonzalo, eje de una zaga hecha en Sudamérica, lo que supone otro estilo. Pires, francés estrella y estrellado en su último año en el Arsenal. Y además Nihat, fichaje estrella para la delantera.

No es el principal problema del equipo de Pellegrini. Porque otras dos amenazas interinas irritan al equipo. Hablamos de la inseguridad en la portería. Y es que Viera y Barbosa son dos porteros jóvenes y sudamericanos. Una mezcla explosiva sin duda. Por un lado, capaces de salvar partidos. En San Mamés ya lo probaron. Pero también de estropearlos con acciones tontas, sin peligro, propias de la inseguridad.

La última y más importante tiene nombre y apellidos: Juan Román Riquelme. Un jugador de carácter extraño, calculador hasta el final. Un jugador al que posiblemente le haya marcado un penalti decisivo fallado, en esas cisrcunstancias en las que solo un monstruo se atreve a lanzarlo. Uno de esos penaltis que te hacen pasar de héroe a villano en un instante. En el instante en el que Lehmann detuvo aquel lanzamiento, Román apagó el intermitente, puso el freno de mano, y aparcó en el garaje. El Mercedes ha tenido conflictos con el BMW y con el Audi de al lado. El problema es que los que mandan son los BMW y los Audis.

En el otro lado del campo aparece el Real Madrid. Equipo cuyas noticias adquieren mayor importancia que lo deportivo y cuya planificación deportiva se incrusta en una esfera propia de lo humorístico.

Ante el Zaragoza fue la llegada de Higuaín, Gago y Marcelo, mesías salvadores que han aportado algo diferente al equipo, aunque todavía esté por comprobar de que se trata ese "algo". Ante el Mallorca, la conferencia de Calderón, cuyas palabras adquieren más importancia que un eclipse de sol, y no precisamente por lo que se separan unas de otras. Para hoy, dosis de traspaso de Ronaldo, ese extraño elemento, catalogado por muchos como mejor jugador del mundo (me incluyo) pero cuya vida social (gastronomía incluida) ha sido siempre mucho más importante que lo deportivo.

Y es que el presidente del Madrid, Fabio Capello, ha echado por tierra 10 valiosos millones. Pero no es en lo económico donde ha tenido el gran fallo el Real Madrid. Un club de esa trascendencia, debe tener claros sus principios. Por otro lado, Capello, que hace unos días declaró que Beckham no volvería se va echando atrás poco a poco, como un pollo sin cabeza que no sabe a que sostenerse para agradar al crítico entorno.

Entre tanto, una plantilla corta, tras la "limpia" de la bautizada como "vieja guardia". La era galáctica ha acabado, estrellandose ante los terrícolas, los rústicos. Con todo, el Madrid sigue ahí, y si gana hoy se pone líder. De locos.


Referencias:

La verdad de Fer

¿Y el talento?

Un trabajo bien hecho

Riquelme, ¿una era acabada?

La crisis del Madrid



P.D: Pues si esta tarde me lo permiten mis compromisos, intentaré hacer algo de la FA CUP. De momento, si quereis algo de lectura, ahí teneis. Un saludo a todos.