En el estudio de la afición futbolera, nos vamos a centrar en su tipología. Es decir, en los tipos de individuos (que los hay y muchos) que acuden diariamente a un campo de fútbol. Y como no tengo licencia para entrar a otro que no sea la Romareda (es que no estoy vacunado), pero como igualmente soy un asiduo (nunca te fallaré) al vetusto Municipal, detallaré ampliamente (atención, coñazo!!!) los distintos tipos de aficionados que encontraremos en las vetustas (ya lo dije no??) gradas de la Romareda.

Para ello, he de aclarar que mi carnet de socio me sitúa en la Tribuna Cubierta Central, es decir, en el lado opuesto al palco, centradito y a cubierto de las inclemencias del tiempo. Sea esto por el carácter deportivo de mi padre (aficionado que no apasionado) que estoy rodeado del primer tipo de aficionados. Rodean mi posición de manera alarmante unos cuantos abuelos de pueblo (de los que insultan graciosamente). Esto tiene una ventaja realmente clara. Son los partidos de noche. Como en Europa no pude vivir muchas (malditos), recurro a la Copa del Rey y a cuando las cámaras nacionales se dignan a entrar en el estadio. Las primeras son mejores. Por cuestiones de calendario, coinciden siempre con invierno. Es cuando la gente no va al fútbol, porque encima toca apoquinar. Pero los abuelos nunca fallan. Ahí se dejan la pensión. A lo que voy. La ventaja viene a ser la siguiente. Por regla además. Nunca vayas cenado a un partido de noche si tienes al primer tipo de aficionado cerca. No te apures; los abuelos te darán. Se llevan barras de pan enteras, cuchillos afilados (se los dejan entrar...porque son del primer tipo) para cortar las susodichas, y un surtido de embutidos que abarca todas las partes del animal más parecido a Figo. Tranquilo, que cenado, te vas. Acompaña a estos manjares la bota de vino. La bota de vino no deja de sondear los cigarros que se distribuyen por toda la tribuna. De la bota mama todo el que quiere, y el que no quiere que ni se digne a volver a la Tribuna. Porque el primer tipo lo mira mal. Estás desechando su territorio.
Pasemos al segundo tipo. Éste engloba a veces al primer tipo. Se trata de los más pequeños. Aquellos hermosos individuos, con cuernos de diablo en su angelical mirada. Digo que pueden relacionarse con el primer tipo, porque es posible que alguno de los mencionados abuelos tengan que llevar a sus hermosos nietos. El nieto por norma general, es cabrito. No deja ver el partido, pregunta todo lo que se le ocurre, tiene que ir al baño, tiene que volver del baño, para, una vez llegado, ¡volver porque se ha dejado un Action Man! Los dejan entrar al fútbol (a los Action Man) porque el chaval va acompañado de un miembro del primer grupo. Si habeis visto "El Orfanato", el niño protagonista perfectamente podría ser del segundo tipo. Es una pesadilla, pero toca. Es una parte de la salsa del fútbol.
Sigamos con el tercero. El tercero es el clásico cuarentón, cigarro en mano, ojos resacosos de la noche anterior, en la cual no ha salido, pero ha trasnochado, y sólo por aparentar haber salido, ni intenta disimular las ojeras. Puede estar casado, pero su mujer no va al fútbol. Él no le deja. O puede estar soltero. Es lo más común. Hará comentarios Valdanísticos, aunque no tenga ni zorra de fútbol. La cuestión es aparentar. Va bien vestido, o al menos eso es lo que saca a la luz. Al árbitro no le protesta, porque no se le debe protestar. El fútbol siempre ha sido para los caballeros. Aunque en el fondo, se está cagando en todo. Sus formas, sus ganas de hacer ver lo que no es, le impiden sacar sus sentimientos. Un amargado, vamos.

El cuarto es entretenido. Típico veinteañero (o algo más) cuya máxima emoción en su vida cotidiana es la espera al domingo por la tarde. Se quiere hacer oir como el que más, aunque normalmente va acompañado de su padre. Éste es el típico que no sale de casa ni con palanca. Protestará al árbitro hasta cuando hace el sorteo del campo, se quejará de los uniformes, de los recogepelotas, de la prensa, de las vallas publicitarias.....pero por encima de todo, del entrenador. Desde que voy a la Romareda han pasado Rojo, Lillo, Luis Costa, Victor Muñoz, Paco Flores y Victor Fernandez (me olvido a alguno fijo). Todos lo han hecho mal. Aunque Costa hiciese lo contrario que Rojo (pero exactamente lo contrario eh), los dos lo hacían mal. Vellisca pasó de ser un manta a tener que ser internacional. ¿Por qué? Porque el primer entrenador lo sacaba (entonces era manta) y el segundo no (entonces era un jugón). Cosas del cuarto tipo. En el minuto 90 le mirarás girando la cabeza hacia arriba (no sé por qué, pero siempre están encima tuyo). El te pondrá cara de qué mira este amargado. ¿Sabeis lo que hará entonces? Echarle la culpa al entrenador.
El quinto sería el adolescente. Me incluyo cuando salgo de mi butaca para buscar en mis amigos una diversión mayor de la que alcanzo con los abuelos tribuneros. Éstos son los que van al fútbol para cualquier cosa, menos para ver fútbol. Pueden ir al fútbol a comer pipas, a tirar revistas, a reirse del personal de alrededor o a dormir. Todas ellas son válidas. En realidad en la Romareda hemos creado una nueva modalidad. La rutina sería llegar a menos diez, y con las grandes revistas (ironía...Mediapunta aparte) que se reparten en las afueras, hacer trocitos pequeños. Al sonido del silbato, mirada al campo. Normalmente hasta el minuto 5, que es o bien cuando Aimar toca el primer balón, o bien cuando surge la primera ocasión de gol. Porque hasta que haya otra...Entonces es, cuando surge la novedad. Ya lo dice el dicho. No vayas a la Romareda sin tus cartas de Fontaneda. Las cartas siempre han sido un juego muy aceptado en Aragón. El guiñote es el juego elegido por el quinto grupo para pasar sus tardes de fútbol infame. En realidad, la gente (los de los otros grupos) te miran raro. Ya no te digo, cuando a alguien se le ocurre cantar las 40. Entonces suele pasar que Aimar toca su segundo balón. Luego, cuando lleguen a casa, los del quinto tipo se pondrán a comentar el partido (que en realidad no han visto) en páginas de bitácora (me hago el suizo...o el sueco o lo que sea), en sus casas con los del tercer tipo o en el colegio al día siguiente con compatriotas del quinto tipo, que, probablemente, han hecho lo mismo. Cuanta falsedad.

En realidad hay muchos otros más. Pero estos serían los más destacados, por estar íntima e, incluso, familiarmente relacionados. El fútbol sin los distintos personajes, no sería nada. Por eso, cuando los futbolistas se quejen, que piensen en los aficionados. Los que sufren, los que rien, los que no ven, los que lloran. En todos vamos.
A continuación, y siendo este un ranking totalmente subjetivo y tendencioso (que no, que yo no hago ránkings de blogs), haré una clasificación de las que para mí, son las mejores aficiones de España (que ahora andan en 1ª) :
1º
2º
3º (Magnífico)
4º
5º
P.D: Vaya cacho de ladrillo. La clasificación ( de la de quinielas) la dejo para cuando haga la previa de la próxima jornada. Espero que os guste esto.
Regalo: Alineación del Betis, con rimas. Atención al comentario del que graba cuando se dice el nombre de Nano: