Se bajaron los grandes

En el estreno de Telecinco como televisión liguera, el F.C.Barcelona desestimó el regalo que luego le harían sus vecinos pericos, al salir derrotado del Madrigal en un partido que corroboró que dos centrales como Puyol y Milito no pueden jugar juntos. Pero mal haríamos en fijar el resultado de ayer como consecuencia de los fallos defensivos. Más debemos tener en cuenta al Villarreal. Los de Pellegrini la tocan con clase hasta en el pase de 5 metros. Circulan el balón con extraña sobriedad, desmarcan atrás y ven los desmarques hacia adelante. Y eso que no cuentan con Riquelme.

Ayer el chileno dispuso arriba a Guille Franco, limitando una línea por la que atrás corrían Cazorla, Cani y el omnipresente Pires. El primer gol le dio la razón a Pellegrini. Guille Franco la dio de tacón para Cazorla, y el asturiano definió según el manual. Era el primero del vendaval inicial amarillo. Se corroboró dicho asedio con un penalti de Abidal (dudoso para muchos) que acertó a convertir Senna, otro de los triunfadores de la noche.

Entonces el Barsa empezó a entrar en la espiral del buen juego. Rapidez y verticalidad aparecieron cuando más lo necesitaban los de Rijkaard, y así llegó el estreno de Bojan. Enorme pase de Messi entre líneas y gol por el palo corto de Krkic. Parecía que el Barsa iba a más, pero entonces Bruno y Senna controlaron la medular, y en juga apersonalizada de Pires (con fallo garrafal de Puyol), Milito cometió penalti, que volvió a transformar Senna para poner el 3-1 y dejar a Rijkaard con dudas. El holandés lo probó con el 3-4-3, pero apenas al final pudo inquietar la meta de un Viera sobrio.

Cuando Mejuto dio el silbato final, empezó en Montjuic el Espanyol-Real Madrid. Con una ventolera considerable, los periquitos no tardaron en ponerse en ventaja. Luis García botó un córner magnífico y Riera, en salto a lo Ayala, vertical y descomunal, puso el primero de soberbio cabezazo. El mallorquín está en estado de gracia, y vive en la dulzura que respira su juego.

El Real Madrid entró en la única dinámica que le ofrecía el Espanyol. Pero es que los pericos tenían tapado su centro de mando, que para mí no es ni tan centro, ni tal mando. Malo lo de Guti ayer, aunque seguyro no hayq ue particularizar en los hombres blancos. El Espanyol puso el segundo en la segunda, tras enorme vaselina de Tamudo. El Espanyol evoluciona, pero Tamudo sigue en el sitio de siempre.

El Madrid despertó en el último cuarto de hora, pero apenas le bastó para recortar distancias con gol de Ramos, pero no significó ni sufrimiento. Los de Valverde están en la zona privilegiada, con su estilo, un estilo insigne y difícil de derrumbar.