Unai Emery en terreno de grandes

El prototipo de entrenador nacional y joven está de moda. Motivo de satisfacción tiene que ser. Con más o menos suerte, tenemos un puñado, empezando por Quique, siguiendo por Caparrós, Marcelino o Mendi y acabando por Unai Emery. La trayectoria de Emery ha sido meteórica. Ha pasado de la nada al casi todo en un plis.

Empezó en Lorca. Lo subió a Segunda. Al primer año de Segunda, lo colocó en quinto lugar. Lo fichó el Almería. Subió al primer año...y el Lorca bajó. Y ha empezado la Liga machacando al Depor y siendo mejor que el Valencia. Prometedor cuando menos. Destaca de Emery su talento para plantear y cambiar. No tiene un sistema único, sino que prefiere adaptarse a las circunstancias.

En los dos primeros encuentros ha formado con un 4-2-3-1 marcado. Los dos pivotes pueden parecer tarugos de cuidado, casi lo son, pero son tíos llegadores. Tanto Juanito (ex Málaga y Alavés) como Soriano (ex Zaragoza y Recre) gustan llegar al área, sobre todo por arriba. Los 3 de la línea más delantera son peloteros de cuidado. Corona en el enganche, Ortiz a la derecha y Crusat a la izquierda la pueden líar parda si se alían de manera correcta. Y arriba Álvaro Negredo que ha empezado con el punto de mira enfilado y con el gatillo suelto.

Alternativas como Felipe Melo, Ortiz, Uche, Dos Santos o Vidangossy dan vida a una línea ofensiva temible. Y si se saben mezclar, combinan bien, y son sólidos atrás, no pienso que este Almería pase demasiados apuros. ¿Por qué? Por Emery.