Apoteósico Madrid

Estratosférico partido del Real Madrid. Al César lo que es del César. Si no fuera por un Drenthe carente de sentido defensivo, la perfección solicitada y proclamada por Ramón Calderón y ejecutada por Bernd Schuster se hizo real. El Real Madrid jugó muy bien. Aprovechó de manera inmejorable sus virtudes y escondió de modo que fueron imposibles de encontrar sus defectos.

Uno se echa las manos a la cabeza cuando sabe que el Zaragoza tuvo a Sneijder en diciembre por 14 kilos, o que el Valencia lo descartó porque a Quique no le convencía. Personalmente ya sabía de sus cualidades, y no quiero ser ventajista, pero da la sensación de que es el fichaje más acertado de la era Calderón. Ayer el pequeño holandés dio una exhibición, con dos goles, con una asistencia, pero también con una capacidad defensiva y una actitud sacrificada que a Diarrá le vino de perlas. Esto es todocampismo, fútbol del siglo XXI.

Mención aparte para el malí, por supuesto. Dota a su equipo del equilibrio necesario, imprime carácter, manda defender y deja atacar. Compaginó su estilo con el de un Guti fugaz, apareciendo para decidir y desapareciendo para dejar de dominar. Raúl marcó, nuevamente, para reabrir un debate que personalmente creo que está cerrado. Cuestión de gustos. Y atrás solidez, pero debemos recordar que el Villarreal pudo marcar, y más de uno.

Esto es muy importante. El Madrid no jugó contra una milonga, sino un equipo invicto desde hacía meses. Creo, pese al enorme juego del Madrid, que el resultado no fue justo en esa dimensión. El Villarreal no mereció un castigo tan severo, pero ayer el Madrid estaba tocado con una varita. La cuestión es si la varita les acompañará todo el campeonato, o la excelencia desaparecerá como los ecos de este victoria. Por lo menos, tenemos dos semanas excelentes.