Impossible is nothing

El Atlético es un club especial. Porque generalmente ha vivido épocas a la sombra de su vecino, aunque su masa social siempre ha sabido representar lo que le pedían de manera más fiel que la de los hinchas blancos. El Atlético asumió un apodo como paradigma, y quitárselo le puede costar siglos.

El Atlético asumió el "añito en el infierno" como si fuera un paraíso que te devuelve al éxito. No fue un añito, fueron dos añazos, de sufrimiento, horrorosas gestiones y resultados muy pobres ante, por ejemplo, el Leganés. Finalmente se consumó la lógica, aquella que había desaparecido en el Tartiere y había deambulado moribunda por todos los campos de España.

Pero desde que Antic lograra el doblete, el Atlético se ha inscrito en la nulidad absoluta. Ni bien ni mal. El problema es que en cuánto a presupuestos se situaba siempre en la esquina de los ricos. Porque el Atlético ha sido durante más de una década un rico pobre. Resultados correctos para un equipo normal, y desastrosos para el rico más querido.

Este año, nuevo proyecto. Aparentemente las cosas han cambiado. Al club han llegado jugadores de interés, liderados por Forlán y secundados por Reyes o Luis García. Se fue el ídolo de los años desastrosos y quién sabe si el Atlético volverá a situarse en el lado ganador. Desde luego presupuestariamente no han cambiado de bando. La historia se reescribe, empezando por el Bernabeu. ¿Ganará el Atlético en casa del vecino? Impossible is nothing.