¿Por qué no se oye la Rianxeira?

La sorpresa es un factor imprevisible, que está siempre al acecho y en cualquier momento te pude atacar. Es entonces, cuando la sorpresa se aparece en forma negativa, cuando nos echamos las manos a la cabeza y lloramos todo lo mal hecho anteriomente. Algo así le pasa al Celta. Una serie de extraños fenómenos hacen que un equipo con plantilla de sobra para salvarse, esté cerca del infierno de Segunda. Para mi es una sorpresa, pero si ahondamos en los posibles factores, descubrimos que no lo es tanto.

Una buena plantilla debe poseer unas variantes de recursos que le permitan afrontar cualquier tipo de situaciones con relativa solvencia. Diríamos que una plantilla es como una buena dieta. No consiste en comer siempre lo mismo, por sano que sea, sino en comer variado, aunque algo de eso no sea del todo adecuado. El Celta tiene una serie de mediocampistas de corte similar. Oubiña, Iriney y Pablo García son jugadores muy aprovechables en la ardua tarea de la retirada de escombros. Todos ellos, a su estilo, poseen unas cualidades físicas envidiables, que le permiten ser unos cazadores fabulosos. Sin embargo, ahí brilla la creación por su ausencia. Primer problema.

En los puestos de arriba pasa tres cuartos de lo mismo. Nené, Gustavo, Cannobio....jugadores de enorme capacidad técnica pero nulo sacrificio por el equipo. No hay equilibrio en la línea medio-ofensiva del Celta. Ni tan técnica como los tres mediapuntas, ni tan sacrificada como los dos pivotes defensivos. Por otro lado, para que Nené, Cannobio, Gustavo o Nuñez sean capaces de hacerle llegar balones a Baiano, o simplemente desequilibrar por sí solos, necesitan que le llegue la pelota en posiciones cómodas. Y no es posición cómoda la línea que divide ambos campos, pues lo retrasado de dicha posición no permite sorprender al rival, ni tan siquiera encarar a un defensa, porque cuando lo hayas hecho, tienes otros dos detrás.

La línea defensiva es bastante compacta. Sin embargo dicha solidez se termina en el momento que ocurre un error puntual. Igual que no sirve de nada que un delantero cuaje un partido sensacional si tiene una oportunidad en el minuto 90 y no la transforma, no vale que una defensa cuaje un buen partido y cometa un error garrafal en el momento menos oportuno. El descender o no es normalmente cuestión de detalles, y desde luego esos detalles no favorecen hasta ahora al conjunto celtiña. Vease por ejemplo el pasado domingo. El Celta apenas inquieta la meta de Viera, pero aguanta el tirón castellonense, el cual tampoco goza de oportunidades claras. Córner a favor del Villarreal. Lo bota Cani y lo remata Guille Franco en el área pequeña. Ahí se va un punto sí. Pero es que si uno se pone a sumar puntos, del resultado de la suma sale la salvación.

Concluyendo, decir que poco ayuda el cambio de entrenador, que todos sabemos que es la decisión más fácil de tomar, pero a menudo la más perjudicial. El efecto mediático de Stoichkov no vale más que el cerebrito de Fernando Vázquez, y creo que está quedando de sobras demostrado. Un error que quizás no puedan remediar. No le veo mucha vida a la Rianxeira en Primera División....