Inolvidable

No hay mayor alegría en este mundo que disfrutar de lo que quieres y con quien quieres a grandes dosis. Quizás sea Aragón una de las tierras más prolíficas en cuanto al culto al balonmano. Hoy ha sido el Día Nacional de este deporte, que, para nuestra desgracia (aunque no tanto) se ha celebrado de manera especial en Alemania. Pero hemos vivido tres encuentros asombrosos, tres formas diferentes de afrontar un partido, tres estilos de juego tan válidos como entretenidos. Todo un lujo difícil de olvidar para los amantes del balonmano.

Por orden cronológico toca empezar por la EHF. El mítico Bordelandhalle se vistió de gala para la ocasión. 8.500 alemanes arropaban al Magdeburgo, que únicamente debía ganar para llevarse la final ante el CAI Aragón. Los aragonesesm empezaron imprecisos, como requería la ocasión. Pero apareció su salvavidas, el esloveno Beno Lapajne, que realizó uno de sus mejores encuentros de la temporada. En el minuto 10 el parcial era de 5-2 a favor de los alemanes. Sin embargo llegó la reacción naranja en ataque.

Y llegó de la mano del genio sueco Dalibor Doder. El pequeño central se subía una y otra vez a la escalera para superar la rocosa defensa alemana. Bielecki y Abati no eran tan determinantes como en la ida y al descanso se llegó 11-10. Pero la segunda parte tuvo dos nombres propios: Heinevetter y Thazyick. El portero alemán fue una pesadilla para los pivotes naranjas, así como en los lanzamientos de 7 metros. Sin embargo la muñeca de Amadeo Sorli apareció cuando lo pedía el partido y el CAI mantuvo el tipo. Lo hizo hasta el minuto 50. Ahí apareció el experto central polaco, quien con sus 3 goles consecutivos dilapidó cualquier opción de los aragoneses. Aún con todo, es digna de admiración la actitud de todos y cada uno de los jugadores de la plantilla maña. Dos años en ASOBAL y una final europea...

A las 17:30 era turno de la competición reina; la Liga de Campeones. Kiel y Flensburg habían empatado a 28 en la ida en campo del Flensburg. No había favoritos, pues es difícil elegir entre dos plantillas tan compensadas y parejas. El factor campo parecía ser vital. Y así fue. Un partido entre alemanes que nos enseña que el físico está muy por encima de cualquier talento técnico. Una final con dos rojas, múltiples exclusiones, un portero descomunal y lanzadores en ambos bandos.

El Kiel tuvo el mando durante todo el encuentro. Karabatic y Zeitz se pusieron las botas desde los laterales, mientras Vranjes y Lijewski eran los únicos en mantener en tipo por parte de los de Andersson. Omeyer empezó su show, aquél que llevó a Francia donde la llevó. Con un portero así no necesitas mucho más. Sin embargo poco a poco se repuso el Flensburg, pese a la expulsión del tosco Boldsen. Así se llegó a los dos minutos finales con dominio del Kiel de 3 goles. Marcó Lijewski el 28-26. Le tocaba atacar al Kiel. Sin embargo no dirigió el joven Kim Andersson como debía el ataque. El Flensburg recuperó la bola y al contraataque gol del Flensburg tras roja a Zeitz por placar a un rival. 28-27 a falta de 30 segundos. El Kiel con 4 jugadores de campo únicamente. Defensa a ultranza de los visitantes que estaban a un paso de forzar la prórroga. Tiempo muerto del Kiel. Y, avisados de pasivo, conpresión, con todo lo que quieras...el Kiel fabirca una jugada maestra y pone la sentencia en el marcador. Justos campeones, y coronación de dos históricos: Andrey Xepkin y el gran Stefan Lovgren.

La última esperanza española era el Ademar. Recibía al poderoso Hamburgo con una desventaja de 4 goles de la ida. Y se les ha escapado la final a los de Cadenas en los últimos segundos. Igual que pasaron a la final, han perdido la final. Resulta difícil remar tanto para morir en la orilla, pero no podemos dejar de alabar el esfuerzo de los leoneses, del fantástico Raúl Entrerríos en la dirección.

Pascal Hens y compañía se emplearon a tope para frenar a los leoneses, pero Daniel Saric pudo con ellos. Sin embargo, una exclusión rigurosa y un gol a falta de diez segundos le ha cortado las alas a la afición leonesa. Pero, como dije antes, los españoles han sido perdedores en esta batalla, pero al menos han participado de ella. Yo creo que podemos estar orgullosos de nuestro balonmano, pero también felicitar a Alemania, por tener las bases que tiene y por tener esa Bundesliga que es una delicia para los demás.