El proletariado se rebela (I)

Esta semana es especial para el Real Zaragoza. Asentado en una buena posición, en puestos de Champions, la ilusión se ha desatado en la ciudad maña. Como bien dije en el blog zaragocista de Josepep, me aterevería a comparar al Zaragoza actual, con un alumno de Bachillerato, que aspira a ser universitario. De momento cuenta por notables altos todas sus asignaturas. Pero poco a poco se acerca la dura selectividad, donde espera un gigante llamado F.C.Barcelona.

Durante los últimos dos años, todos los alumnos han caído en las redes de este gigante, incluído el Real Madrid, con un sonrojante suspenso. Este año, el nivel parece haber bajado, ya ya han sido varios los estudiantes que, gracias a su enriquecimiento táctico, y a la relajación del gigante se han hecho fuertes ante su rival.

En río revuelto, uno de los que quiere pescar es el Zaragoza. 41 años lleva el equipo maño sin llevarse el premio gordo de ese teatro llamado Nou Camp. Este año, la historia puede cambiar. En Copa, el Barsa ya ha probado dos veces el polvo de la Romareda (veánse las semifinales de la que luego sería nuestra sexta Copa y los cuartos del año pasado). Ahora, el Zaragoza se ha propuesto probar las mieles del triunfo en el Nou Camp, y así, sacar una buena media, que le haga prosperar en el futuro.

Aunque bien es cierto que ambos conjuntos tienen dos exámenes parciales entre semana, a priori el aprobado lo tienen asegurado, salvo catástrofe. Es por ello que los ejemplares maestros, Fran Rijkaard y Victor Fernandez, ya miran de reojo la prueba del domingo. Así, los entrenadores han propuesto una dosificación en el estudio, las llamadas rotaciones, que pueden provocar un doble efecto: por un lado las herramientas fundamentales descansan, pero por otro, una derrota en el parcial provocaría el nerviosismo de las aficiones.

Todavía quedan días, para que el Barsa se centre, y no se confíe, y para que el Zaragoza siga trabajando duro para aprobar el examen y dar una alegría de aúpa a su familia. Eso, provocaría un efecto netamente positivo en el equipo, y provocaría que las grandes universidades europeas (puestos Champions) se rifaran al ejemplar alumno.