Triste tiranía

Tras unos años siguiendo el fútbol, me he dado cuenta de que los futbolistas son los dueños de este deporte, algo con lo que no estoy para nada de acuerdo, y con lo que el fútbol debería acabar.
Es triste el poco amor a los colores que tienen los jugadores. Es un tema que trató Guido en su blog y que me dio que pensar. Pero un día después Joaquín aparecía en sala de prensa para decir que se va.
Los jugadores están en los equipos por contrato, un contrato que ambas partes firmaron de mutuo acuerdo. Y de toda la vida, en cualquier trabajo, los contratos están para cumplirse. Y si no es así, se suele acudir a los juzgados.
Pero en el fútbol no es así. Dos casos muy llamativos este verano. Ayala y Joaquín son dos de los máximos exponentes de la tiranía de los jugadores. Ambos tiene un contrato en vigor y ambos han manifestado este año su deseo de marcharse, no de buena manera, sino instando al club a que los venda, incluso negándose a participar en las actividades del club.
Pero en las últimas horas el nombre que sale a la palestra es otro. Mamadou Diarrá, objeto de deseo del Real Madrid, está llevando a cabo un acto de rebeldía ante su club, ante el club que le paga, el Olympique de Lyon. Ayer el malí llegó media hora al entrenamiento programado por el entrenador francés, y decidió irse a un campo anexo a dar unas vueltas para no perder la forma física.
Yo creo que este acto debería ser denunciado por el Lyon, es un acto de tiranía y propio de un niño más que de un jugador profesional. Está bien que un jugador tenga sus metas deportivas, y que su deseo sea jugar en un club como el Real Madrid. Pero hasta que ese momento llegue (si llega) lo que debes hacer es seguir con tus compañeros, con los que te han hecho buen jugador. Y sobre todo, debes actuar con normalidad hacia tu actual club, el que te paga. Todo lo contrario, es una falta de respeto.
Y lo peor es que estos actos se seguirán produciendo si no se castigan. Diarra no es el primero, este verano ya hubo algún caso parecido (Ribery, Cole...) y los seguirán habiendo si los clubes no se ponen firmes. Bueno, también ayudaría que la prensa no aplaudiera estos actos. Pero a eso ya estamos acostumbrados.