Oh capitán, mi capitán
"Aguado nos dijo adíós un 30 de Mayo de 2004 sobre el césped de la Romareda como a él le gustan las cosas: pequeñas y parrificadas, y su obra, echemos mano de la hemeroteca.
Su aparición en escena, la mili en Zaragoza, Zalba lo ficha y la prensa titula: "Aguado, un soldado de Primera". Primer año en Primera. Se afianza, pero el descenso se cierne sobre el equipo. No pasa nada. La confianza en sus posibilidades se reafirma y llegan sus triunfos, y con ellos los del Real Zaragoza.
Y para qué decirlo yo. No tendría valor. Hago citas de artículos de grandes periodistas de la ciudad: "Héroe anónimo", "Clark Kent", "Gary Cooper", "Caballero de los de antes". "Corteza exterior de apariencia gruesa y un corazón tendido al sol para los ancianos y los niños.
Al mismo jugador al que la Romareda no le ha reprochado ni un estornudo. El que dijo públicamente que su ausencia no se notaría en ningún equipo del mundo. Mito y leyenda del zaragocismo. Mirar la alineación de un equipo más de una década y ver al mismo central es un milagro o un rasgo de grandeza.
La noche eterna de Sevilla nos deja una leyenda llamada Xavi Aguado. Ha sido el capitán de siempre. El número 6 eterno. Un futbolista para toda la vida. Autodidacta del fútbol, disimulando su eficacia después de 11 temporadas en el Zaragoza, anuncia sus carencias: "No soy ni técnico, ni rápido, ni voy especialmente bien de cabeza" Es como para sospechar.
El capitán que llevo el corazón de todo un pueblo en la bandera de su brazalete. La grandiosidad para celebrar sus goles, paradigma el de la Cartuja. Sin un palabra, serio y con los brazos arriba, convenció a todos de que serían campeones. Se acordó de Juanmi, el sacrificado, y fue a festejarlo con él. Eso es veteranía, eso es saber estar, eso es historia.
Y aquí la película, el auto sacramental, pues Xavi Aguado es la hostia, toca a su fin. Desde los rápidos recuerdos de sufrimiento del primer acto que acaba en Murcia hasta los gozosos, divertidos, pasionales y emocionantes de los años de París, Sevilla etc...tendremos que proclamar a los 4 puntos cardinales que ha sido el Aeternus Dux, ha sido el 6, ha sido el zaragocista."
Y ante estas palabras qué más se puede decir. Una leyenda sobre el campo, agigantada fuera de él. Un capitán que supo llevar a la perfección el sentir de todos los maños. Hijo de adopción de los Dioses del Olimpo.
El día que sus brazos señalaron hacia arriba en Sevilla, se inició la unión moderna del zaragocismo, así como se le abrieron a Aguado las puertas de la gloria, aquella que él ya había dado a todo un pueblo.
Una lesión retiró al mejor central zaragocista. Una lesión tan inoportuna, que no podemos hacer sino agradecer, pues nos presentó al Aguado persona, sencillo caballeroso, noble...igual que en el campo.
Por el gol de Sevilla, por tus palabras alentadoras, por tu sencillez, porque no contemplamos la historia del Real Zaragoza sin tí, simplemente por tu grandeza.....Aguado, nunca caminarás solo.
P.D: La emisión de Avispas y Tomates del pasado lunes, realizando un sentido homenaje a Aguado marca totalmente el post de hoy. Es largo, es repetitivo, pero Aguado merece eso, y millones de cosas más.